Las representaciones del Misterio de la Pasión en Moncada, se iniciaron el Jueves Santo del año 1960.
Fue al término de las solemnidades de semana santa del año 1959, cuando surgió la idea que había que plasmarse en la espléndida realidad de hoy.

Pensábamos, con aquel proyecto, hacer llegar al pueblo, de una manera sencilla, asequible, los grandes Misterios que la iglesia conmemora los días de Semana Santa. Queríamos preservar con la mayor dignidad posible y el mayor verismo, la vida de Jesús, ajustándonos totalmente al relato evangélico.
Eran, a la sazón, párroco de Moncada, D. Jesús Pla y coadjutor, D. José Gea. Al exponerles la idea la acogieron con interés y desde el primer momento acompañaron con su apoyo y constante aliento a los promotores.
Las primeras escenas se desarrollarían en lugares distintos de la población y a horas en que, según los Evangelios, fueran ocurriendo los hechos que conmemoramos.
Con esos criterios comenzó a escribirse el guion, cuyo trabajo recayó en D. Vicente Farinós Durá. Los primeros años se montaron los escenarios en la Plaza de los Martires, Plaza de San Jaime, campo de deportes y utilizando algunas calles de Moncada como via Dolorosa y culminar en la colina de Santa Bárbara donde se representaba la crucifixión.

De esta manera se inició nuestra representación que, en principio, duraba dos días: Jueves y Viernes Santo. El jueves se representaba una breve exposición del porqué de la Pasión, con relatos del Antiguo Testamento, Vida pública de Jesús, incluyendo la Santa Cena, Oración del Huerto y prendimiento con la posterior reunión del Sanedrín.
El viernes tenía lugar la representación del juicio ante Pilato, calle de la Amargura y crucifixión.
En el año 1961, surgió la idea de celebrar el primer pregón, que estuvo a cargo de D. Luis Lluch Garín y tuvo lugar en el campo de deportes, antes de la representación.
Para nosotros es un honor destacar el interés que por esta representación mostró el compositor D. Manuel Palau y sobre todo su colaboración al escribir la partitura de la Santa Cena y otro cántico para interpretar al término del Sermón de la montaña.
La gran cantidad de trajes que se tuvieron que alquilar, el sonido, la iluminación, plateaban un problema económico cada año.

Cabe destacar el esfuerzo realizado por tantas mujeres y jóvenes que con gran entusiasmo iban turnándose para tejer los trajes que pasarían a ser propiedad del Misterio de la Pasión. Túnicas, mantos, trajes para los sumos sacerdotes, mitras…
Con este mismo fin, y para contribuir una mayor perfección, al tiempo que se disminuía el esfuerzo de montaje se construyeron edificaciones de fábrica, en cuya construcción tomo parte de manera directa la comisión de escenografía, más conocida como la “tatxa” y que desde un principio, primero en montajes de cartón y madera y después en obras de ladrillo y de cemento, contribuyó de manera decisiva al desarrollo de nuestras representaciones.
El número de participantes ascendía, en estos primeros años, a unos trescientos, incluyendo actores, tramoyistas, y las encargadas del vestuario.

Cuando los tres primeros días quedaron consolidados, nos dedicamos a la preparación del cuarto y desde 1970, el Sábado Santo, representamos la resurrección.
Fruto del buen hacer y del entusiasmo mostrado durante estos años el Ministerio de Información y Turismo, el 8 de mayo de 1967, declaró nuestras representaciones “Fiesta de Interés Turístico” publicándose en el BOE el 16 de junio de ese año.
